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viernes, 6 de noviembre de 2015

¡MÁS CUENTOS BREVES!

AQUÍ VA OTRA ENTRADA DE ECO DE HADAS.                                                                       CONTINUAMOS CON MÁS CUENTOS BREVES Y CON MÁS GIROS INESPERADOS DE LOS CUENTOS QUE TODOS HEMOS ESCUCHADO O LEÍDO ALGUNA VEZ. 
SIN MAYOR DILACIÓN... COMENCEMOS.
KAROLIN VELA



EL PACTO

El príncipe Ramiro estaba a punto de dispararle a un hermoso venado, pero el tiro fue interrumpido por débiles cantos. Bajó el arco y se dirigió hacia las voces.                                                                                                                                                                      Ramiro descubrió un grupo de siete hombrecitos velando el cadáver de una muchacha.                                                                                                                                                                                                             —¿Quién es ella?—, preguntó.        

 Ellos no contestaron y bajaron el rostro entre sollozos. Hipnotizado de pasión por la belleza de la joven, abrió el ataúd de cristal y la contempló largamente. Los hombrecitos sonrieron esperanzados.                                                         

 —Voy a besarla—, anunció.                               

Ojalá no lo hubiese hecho, porque al momento de posar los labios, una extraña fuerza jaló de él e hizo que succionara un pedazo de manzana envenenado. El príncipe murió y la muchacha regresó a la vida.            

El nigromante de los siete, dijo emociano:                        

— ¡Funcionó!, la muerte aceptó la vida de ese infeliz a cambio de la suya, alteza.


LA FARSA
 

En Las mil y una noches se dice que Schehrazada aplacó la ira del salvaje rey Schahriar, gracias a su elocuencia al contar historias. Pero no es del todo cierto. La verdad es que el rey, junto con su hermano Schahzaman, fueron asesinados al amanecer.
El padre de la joven, el visir, había organizado una insurrección para salvar a su hija. Todos los generales y soldados lo apoyaron, porque cada uno tenía al menos una muerte que lamentar entre hermanas, hijas, primas o sobrinas. Había mucho odio escondido y ansias de venganza que fueron satisfechas cuando Schahriar condujo a la muchacha al patíbulo: justo cuando el verdugo levantó la espada, el ejército entró a la sala de la muerte y propinó varias estocadas al rey, al hermano de éste y a la guardia real.

—Un hombre no abandona a su familia—, dijo el visir y el resto de los soldados asintió.

El visir gobernó por varios años hasta que el hijo de Schehrazada y del difunto Schahriar tuvo suficiente edad para reinar.

La reina Schehrezada fue la encargada de diseminar la historia que actualmente conocemos para limpiar, en lo posible, el honor del padre de su primogénito.   

 ©Eco de Hadas

Todos los textos y traducciones son propiedad de la autora

       
 

jueves, 21 de mayo de 2015

Annabel Lee: Traducción muy al estilo Eco de Hadas del mítico poema de Edgar Allan Poe

Como dijimos anteriormente, Eco de Hadas está abierto también a la poesía que toca realidades alternas y que van más allá de nuestro mundo. "Annabel Lee" es uno de los poemas más bellos de Edgar Allan Poe . Con esta traducción, he querido conservar la misma intensidad del espíritu romanticista del texto. Espero poder transmitírtelo.
Karolin Vela


ANNABEL LEE



En un reino junto al mar,
mucho tiempo atrás,
vivió una joven, que tal vez,
oíste nombrar: "Annabel Lee".
Ella no tuvo más pensamientos que amarme y ser amada por mí.  

Era una niña, era un niño,
en este reino junto al mar.
Pero nos amamos con un amor 
que fue más que amor
-yo y mi Annabel Lee-,
con un amor que los ángeles 
y serafines envidiaron...
Y sí, esa fue la razón 
para que un viento vestido de noche y de nube
soplara y enfriara a mi dulce Annabel Lee.
Su noble familia vino y se la llevó lejos de mí... 
la encerraron en un sepulcro, en este reino junto al mar.

Los ángeles jamás fueron tan felices,
por ello nos envidiaron a ella y a mí;
¡Sí!, esa fue la razón, como todos saben ya,
en este reino junto al mar:
un viento de noche y de nube
enterró sus fríos colmillos en mi Annabel Lee.

Pero nuestro amor fue más fuerte que el amor,
mucho más sabio y remoto,
y por ello, ni los ángeles del cielo,
ni los demonios de los océanos
pueden jamás desvanecer mi alma de su alma,
de mi dulce Annabel Lee.

La luna nunca palpita sin traerme 
los sueños de mi bella Annabel Lee;
y las estrellas nunca brillan pero puedo ver el brillo de los ojos de mi hermosa Annabel Lee.
Todas las noche me desvanezco junto a mi amada, mi adorada y mi dulce Annabel Lee que duerme en un sepulcro, en una tumba,
en un reino junto al mar.



 ©Eco de Hadas
Todos los textos y traducciones son propiedad de la autora