SIN MAYOR DILACIÓN... COMENCEMOS.
KAROLIN VELA
EL PACTO
El príncipe Ramiro estaba a punto de dispararle a un hermoso venado, pero el tiro fue interrumpido por débiles cantos. Bajó el arco y se dirigió hacia las voces. Ramiro descubrió un grupo de siete hombrecitos velando el cadáver de una muchacha. —¿Quién es ella?—, preguntó.
Ellos no contestaron y bajaron el rostro entre sollozos. Hipnotizado de pasión por la belleza de la joven, abrió el ataúd de cristal y la contempló largamente. Los hombrecitos sonrieron esperanzados.
—Voy a besarla—, anunció.
Ojalá no lo hubiese hecho, porque al momento de posar los labios, una extraña fuerza jaló de él e hizo que succionara un pedazo de manzana envenenado. El príncipe murió y la muchacha regresó a la vida.
El nigromante de los siete, dijo emociano:
— ¡Funcionó!, la muerte aceptó la vida de ese infeliz a cambio de la suya, alteza.
LA FARSA
En Las mil y una noches se dice que Schehrazada
aplacó la ira del salvaje rey Schahriar, gracias a su elocuencia al contar
historias. Pero no es del todo cierto. La verdad es que el rey, junto con su
hermano Schahzaman, fueron asesinados al amanecer.
El
padre de la joven, el visir, había organizado una insurrección para salvar a su
hija. Todos los generales y soldados lo apoyaron, porque cada uno tenía al
menos una muerte que lamentar entre hermanas, hijas, primas o sobrinas. Había
mucho odio escondido y ansias de venganza que fueron satisfechas cuando Schahriar
condujo a la muchacha al patíbulo: justo cuando el verdugo levantó la espada,
el ejército entró a la sala de la muerte y propinó varias estocadas al rey, al
hermano de éste y a la guardia real.
—Un
hombre no abandona a su familia—, dijo el visir y el resto de los soldados
asintió.
El
visir gobernó por varios años hasta que el hijo de Schehrazada y del difunto
Schahriar tuvo suficiente edad para reinar.
La
reina Schehrezada fue la encargada de diseminar la historia que actualmente
conocemos para limpiar, en lo posible, el honor del padre de su
primogénito.
©Eco de Hadas
Todos los textos y traducciones son propiedad de la autora
La reina Schehrezada fue la encargada de diseminar la historia que actualmente conocemos para limpiar, en lo posible, el honor del padre de su primogénito.
©Eco de Hadas
Todos los textos y traducciones son propiedad de la autora